La contaminación de los alimentos y productos alimenticios (Parte 3)
5. TOXI-INFECCIONES MÁS FRECUENTES
5.1. Estafilococos.
La enfermedad que producen estos
microorganismos es debida a la ingesta de alimentos en los que ha crecido una
cepa patógena de Staphylococus aureus
productora de enterotoxina termorresistente.
Estas bacterias se encuentran de
forma natural en nuestro organismo sin producirnos ningún tipo de daño (son
habituales en la nariz, piel y garganta). También se encuentran de forma
natural en las heridas, orzuelos, panadizos, etc.
Los manipuladores transmiten
estos microorganismos al estornudar o toser sobre los alimentos, así como, al
manipular los alimentos con las manos contaminadas o con alguna herida que no
está bien protegida.
Debido a que son sensibles a las
altas temperaturas, durante la elaboración de los alimentos se suelen destruir,
no así sus toxinas, que son mucho más resistentes y son las causantes de la
enfermedad.
Estas bacterias necesitan temperaturas
superiores a los 10° C para desarrollarse, siendo el óptimo entre los 30 y 40°
C, necesitando también el tiempo suficiente entre la elaboración de los productos y el consumo del alimento
para que se produzcan las toxinas por parte de los estafilococos. Es por ello
importante reducir el tiempo entre la preparación del alimento y su consumo.
Los alimentos que con más
frecuencia producen toxiinfecciones estafilocócicas son aquellos cuyo contenido
en agua es bajo (productos de pastelería y helados, jamón curado...), así como
todo tipo de cremas, mahonesas, carne picada, etc.
Los síntomas de esta enfermedad
se presentan en periodos cortos, entre 1 y 8 horas después de la ingestión del
alimento contaminado, caracterizándose por dolor abdominal, diarrea intensa y/o
vómitos, con ausencia de fiebre, ya que es la toxina la que desencadena la enfermedad.
Para evitar la contaminación de
los alimentos durante la manipulación es importante tener en cuenta:
· La búsqueda de manipuladores portadores resulta
ineficaz, ya que las personas se pueden infectar de un día y los análisis
tendrían que ser constantes. La única recomendación a este respecto es una
cuidadosa higiene personal de las personas que manipulan los alimentos.
· Cuando existan heridas en los manipuladores,
proteger estas con apósitos impermeables que garanticen su aislamiento, y de no
ser posible, la opción sería que la persona afectara no manipulara alimentos
hasta la curación completa.
·
Evitar toser y estornudar sobre los alimentos, y de
habernos protegido con la mano en vez de un pañuelo, lavarnos estas de forma
responsable con agua caliente y jabón.
·
Elaborar los alimentos en el plazo más corto entre
su preparación y su consumo.
·
Refrigerar los alimentos inmediatamente después de
su elaboración.
5.2. Salmonella.
La enfermedad que producen estas
bacterias es la salmonelosis.
Estas bacterias también se
encuentran de forma natural en el intestino de personas y animales tanto de
portadores como de infectados.
Su origen puede ser:
·
Endógeno: animales portadores asintomáticos. Las prácticas
ganaderas pueden favorecer la infección a través de los piensos y del manejo de los animales en el matadero
(aves, cerdos, terneros).
· Exógeno: se transmite por alimentos muy variados,
como carnes y productos cárnicos, aves crudas o poco cocinadas (contaminados en
la manipulación después del sacrificio), huevos (los huevos crudos, en primer
lugar, y todos los derivados en cuya elaboración se utiliza huevo crudo, como
mayonesa, clara batida o leche con huevo), leche no higienizada, pescados y
mariscos, así como verduras y hortalizas, especialmente si se han regado con
aguas residuales. Alimentos ya elaborados que se dejan a temperatura ambiente
durante varias horas.
Así pues, la contaminación se
produce, tanto por una mala higiene personal de los manipuladores, como por
contaminación del contenido de los intestinos de un animal en la línea de
sacrificio, pudiendo contaminar un elevado número de canales que a su vez
contaminarán por contacto otras muchas, y su despiece. También es significativa
la contaminación cruzada que se puede producir al no limpiar bien los cuchillos
y utilizarlos tanto para alimentos crudos como para cocinados.
El huevo de gallina es uno de
los mayores factores de riesgo. Para evitarlos, se utiliza huevo pasteurizado y
en el caso de que eso no fuera posible, huevos que deben venir perfectamente
limpios de heces, sometiendo los platos elaborados con este riesgo a la
suficiente temperatura para que nos garantice la destrucción de las salmonela.
Este es el motivo de la prohibición de elaborar mahonesas con huevo en los
establecimientos y de utilizarse en los domicilios particulares, se debería
elaborar justo antes de su consumo, eliminando las sobras.
La salmonela no produce toxinas,
de manera que el responsable de la enfermedad es la propia bacteria. Resulta
bastante sensible a la temperatura (se destruye a 65° C durante 35 minutos),
por lo que una correcta elaboración de los alimentos podría eliminar el riesgo
de la enfermedad. Aún así es la responsable de casi el 80% de las
toxi-infecciones alimentarias, provocando en algunos casos la muerte del
afectado.
Los síntomas de esta enfermedad
se presentan tras una incubación de 18 a 24 horas tras la ingestión del alimento
contaminado y se caracterizan por una gastroenteritis, vómitos, dolor abdominal
y de cabeza, y acompañada de fiebre.
Para evitar la contaminación de
los alimentos durante la manipulación es importante tener en cuenta que:
- La higiene personal rigurosa es clave para
evitar la presencia de la enfermedad, debiéndose lavar las manos
sistemáticamente después de cada uso de los aseos y después de manipular
alimentos crudos.
- Resulta fundamental las medidas adoptadas en
los mataderos, donde se debe tener una especial precaución en la retirada
del tracto digestivo sin provocar roturas y el vaciado del mismo que
pudiera provocar la contaminación de la canal.
- Cocinar la carne en general, pero sobre todo
las aves, la temperatura en el interior debe alcanzar los 65º C.
- Respecto a los huevos y productos elaborados
con este, señalar que:
- No se
deben lavar los huevos. La cáscara es muy porosa y la humedad facilita la
penetración de bacterias en el interior. La salmonela se encuentra en la
cáscara.
- No
utilizar huevos sucios con restos de plumas o heces o que estén rotos.
- Aunque
pueden almacenarse a temperatura ambiente, es conveniente conservarlos en el
frigorífico para aumentar su vida útil.
- Lavar
el plato y los utensilios utilizados para batir y manipular huevo crudo, con el
objeto de evitar que entre en contacto con los alimentos elaborados.
5.3. Clostridium botulinum
Intoxicación alimentaria
producida por la ingestión de la toxina botulínica (neurotoxina) producida por el bacilo botulínico.
Estos microorganismos forman esporas, estructuras de resistencia que les
permiten mantenerse en estado latente hasta que las condiciones ambientales son
idóneas para salir del letargo y desarrollarse. Esta toxina es uno de los
venenos mas activos que se conocen y es el agente causante del botulismo, una
enfermedad de extraordinaria gravedad que puede llegar a ser mortal
Estos microorganismos se
desarrollan en condiciones de escasa presencia de oxígeno (bacteria anaerobia).
Sus esporas no se destruyen con el
calor, siendo resistentes a temperaturas de ebullición (hervido) durante mas de
6 horas y media, aunque su toxina se puede destruir a 800 C durante 30
minutos.
Las conservas con productos
animales o vegetales que no han sido esterilizadas adecuadamente mediante
elevada temperatura por un periodo de tiempo adecuado generan el ambiente
adecuado para que los microorganismos se desarrollen a partir de las esporas y
produzcan la toxina. Los productos con un alto contenido en azucares perjudican
el desarrollo de las esporas pero se han detectado casos de botulismo infantil
originados por la ingesta de estos productos con esporas que se desarrollan en
el aparato digestivo de los niños y llegan a producir la toxina.
La contaminación se produce, por
unas malas condiciones de esterilización de las conservas, provocando que el
bacilo, que puede estar en los vegetales, los animales o en el suelo, sobreviva
dentro del producto enlatado, reproduciéndose y liberando su toxina no
afectando a las características organolépticas del producto envasado.
Las condiciones para el
crecimiento del bacilo botulínico suele darse con más frecuencia en el caso de
las conservas caseras de verduras, carnes o pescados.
Los síntomas de esta enfermedad
se presentan, entre 8 y 22 horas después de la ingestión del alimento
contaminado y se caracterizan por vómitos, nauseas, diarreas y estreñimiento,
vértigos, dolor de cabeza, ronquera, parálisis de los nervios oculomotores y
extendiéndose luego la parálisis a los músculos del cuello y tórax. No cursa
con fiebre.
Las medidas profilácticas más
apropiadas son:
- Lavar los alimentos y desinfectarlos de forma
rigurosa, evitando que puedan quedar manchados de tierra.
- Mantener separadas las zonas de preparación de
los alimentos crudos de las zonas de alimentos cocinados. Especial
atención tendremos con carnes y verduras.
- En las grandes industrias alimentarias y
gracias a los procesos de esterilización de las conservas, el riesgo es
mínimo, pero se mantiene elevado en el caso de las conservas caseras.
- Lavarse las manos después de la manipulación
de carnes crudas o verduras no higienizadas.
- Limpiar y desinfectar el equipo y las
instalaciones después de cada uso y antes de comenzar un nuevo proceso.
5.4. Listeria monocytogenes
Intoxicación alimentaria
producida por una bacteria que cada día tiene un mayor desarrollo en el mundo
industrial.
Una de las características mas
sorprendentes de este microorganismo, es que a pesar de que la temperatura
óptima para su crecimiento sea de 30
a 37° C, puede reproducirse a 3° C. Esto factor le está
permitiendo desarrollarse en industrias que mantenían, mediante un riguroso
control de temperaturas, un estricto control sobre el desarrollo bacteriano.
Se transmite por alimentos
crudos contaminados, como leche y derivados lácteos (quesos, yogures, etc.),
verduras y embutidos.
Las especies de Listeria están muy extendidas en el
medio ambiente. Se han aislado del suelo, materia vegetal en putrefacción,
aguas residuales y comida animal.
En cuanto a los alimentos
implicados más comunes son:
- Alimentos refrigerados: tienen una rápida
multiplicación durante el almacenamiento de los alimentos a temperaturas
de refrigeración.
- Alimentos preparados para consumir a base de diferentes
tipos de carnes, pollo o pescado.
- Leche cruda.
- Quesos blandos.
- Productos en conserva o ahumados.
- Verduras con periodos de almacenamiento
grandes.
Los síntomas de esta enfermedad
alimentaria son variados, desde un cuadro leve, que simula una gripe, hasta un
desarrollo de gravedad, debido al especial tropismo de Listeria
por el Sistema Nervioso Central, que es similar a una meningitis
bacteriana, con disminución del nivel de consciencia, fiebre, cefalea, vómitos
y signos meníngeos. Efectos especialmente adversos tiene en edades extremas de
la vida (recién nacidos y ancianos) y pacientes inmunodeprimidos, que puede
provocar hasta el 60% de mortalidad en adultos. Es pues una infección
alimentaria con una gran repercusión y que día a día está ocupando una mayor
relevancia entre lo riesgos para la salud pública a través de los alimentos. En
todos los casos se presenta fiebre y escalofríos, siendo excepcional la
evolución hacia el shock séptico. También se puede presentar cefaleas, dolor
abdominal, vómitos y diarreas. En mujeres embarazadas, la infección se puede
transmitir al feto, provocando parto prematuro y problemas de infección.
Entre las medidas profilácticas,
se recomienda:
- Lavar y desinfectar las verduras antes de su
consumo.
- Evitar el almacenamiento prolongado, incluso
en refrigeración, de vegetales.
- Las cámaras frigoríficas, así como las vías de
refrigeración industrial han de ser limpiados y desinfectados
periódicamente.
- En el hogar, mantener una cuidadosa higiene
del frigorífico.
- Limpiar y desinfectar las superficies de uso y
los utensilios en contacto con alimentos crudos.
- En ningún momento se debe romper la cadena del
frío, que favorece la proliferación de Listeria
en el alimento sin modificar las cualidades organolépticas del mismo.
- Mantener las carnes no cocidas separadas de
los vegetales, alimentos cocinados y alimentos precocinados.
- Debemos de considerar de alto riesgo el
consumo de leche o productos lácteos elaborados a partir de leche no
higienizada.
- Ciertos hábitos alimenticios, como el consumo de productos cárnicos poco cocinados, vegetales mal lavados, patés y quesos frescos, pueden contribuir a la aparición de la enfermedad.
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